ESTA ES LA MENTE DE UN BUDA. ESTÁS DELANTE DE ÉL, Y ÉL ESTÁ LLENO DE TI. TE VAS, TE VAS. NI UN SOLO RECUERDO BRILLANTE. UN ESPEJO NO TIENE PASADO, NI UN BUDA TAMPOCO. UN ESPEJO NO TIENE FUTURO, Y UN BUDA TAMPOCO LO TIENE”. Osho, en Tantra – La Comprensión Suprema

En lo más profundo del ser no sucede nada. Es sólo paz, silencio. En las afueras pasa de todo. El eterno fenómeno del ir y venir, del suceder y sin suceder.

La noche sigue al día y viceversa. La única certeza es la diferencia, siempre nueva, siempre diferente. Primavera, verano, otoño, invierno, sucesión de acontecimientos, experiencias. Todo lo que se percibe. Y lo que se percibe no es lo que se percibe. El amor va y viene. El miedo va y viene. Pasa un pájaro. Pasa el pasado. Las nubes pasan y el cielo permanece impasible, silencioso.

Así, a espejo vacío, el ser observa el eterno movimiento de los vientos y las velas. Uno en total…

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Una vez que hayas participado en la Experiencia Cero o en un Satsang Intensivo con Satyaprem, este encuentro aparece como un acceso a la autoinvestigación. Con una serie de “ejercicios”, la invitación es a comprobar de cerca qué es verdad y qué mentira sobre quién eres. La metáfora del “espejo vacío” es una llave que abre un portal de luz ante acontecimientos cotidianos que antes activarían disparadores en nuestra mente. De repente sabes que la ira no eres tú, ni tampoco la alegría. Ellos van y vienen. Tú eres la observación.

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